sábado, 28 de abril de 2007
BAILE DE CARETAS
Murmullos, toses. Eco de tacos apresurados por el pasillo, luego sobre la alfombra. Es fácil percibir el tenso ambiente. Pero, he allí todos aquellos trajes, corriendo de un lado a otro. Y aquellas pisadas firmes desde los 12 centímetros de tacón. Y, mira sus rostros; todos sonríen con amabilidad.
Pero, un momento, ¿no sería mejor estar en jean y camiseta?, o quizá unos zapatos bajos y un calentador. Sí, muchos dirán que hay que estar a la altura de las circunstancias, de manera que si hay una sesión solemne, hay que presentarse “solemne”, esto es, con traje formal y acartonado.
Si bien es cierto, aquellos detalles cuentan. No obstante, me pregunto si el respeto, la solemnidad, la seriedad, e incluso, la formalidad están en el traje que se vista. Mientras tanto, miro aquella pantomima: todos incómodos, pero fingiendo bienestar. Son caretas que bailan eternamente el juego de la formalidad.
Pero, ¿qué significa realmente la formalidad? ¿Un traje acartonado? ¿Es la apariencia realmente una señal de respeto? Pues, no nos engañemos más. Creo que es hora ya de quitarse la máscara de la hipocresía y ser uno mismo. Naturalmente es muy difícil lograrlo mientras sigamos bajo el paradigma del Chulla Romero y Flores. Sin embargo, estoy convencida de que es necesario romper con esquemas que impiden el crecimiento de una sociedad.
El respeto no se lo viste, se lo vive. Por lo tanto, no importa si mañana me presento con ropa informal en una reunión solemne, porque mi solemnidad y seriedad demostrará mi respeto a través de mi actitud frente al resto, y no porque esté vestida de tal o cual manera.
Entonces, si nuestra actitud cambia, asimismo cambiará nuestra sociedad; ya no será aquélla que condena a las personas únicamente por su apariencia, sino que empezará a fijarse en cuestiones más relevantes y verdaderamente importantes: en el Ser.
martes, 24 de abril de 2007
BIENVENIDOS
Bienvenidos a babel, al mundo en donde nada es el todo y todo es la nada. Regresamos a ver, y ¿qué ocurre? Ya ni sabemos, porque estamos tan ensimismados. Mientras tanto, viaja el lenguaje por centenares de universos... pero, cuidado...el lenguaje es muy poderoso, tan poderoso que se nos escapa de las manos y puede traicionarnos...
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