Ciertas situaciones parecerían llevarnos a un avismo. Pero quizá solo nos sacuden y cambian de rumbo las cosas. Como periodistas, buscamos permanentemente historias que contar.Historias que reflejan el estado de la sociedad, de nosotros mismos. A veces, nos olvidamos que nosotros también tenemos nuestra propia historia.
En este contexto, qué respuesta se puede dar, cuando un buen día, el jefe le comunica a uno que está despedido, pese a que su porte ha sido muy grande. "Es por la crisis", dicen. De un día para el otro, desempleados, porque la empresa ya no puede pagarnos.
He ahí el meollo de todo: LA EMPRESA. Mientras exista el sistema capitalista, las leyes, los reglamentos y documentos por el estilo serán escritos para EL PODER. ¿Cómo poder soportar una política de terror al interior de una empresa? No se ha creado un manual para ello. Quizá, porque quienes todavía creemos en el ser humano no entendemos que se pueda llegar a extremos de deshumanización y tan grandes.
Al estar frente a la degradación de lo humano, el que calla es cómplice. Eso es todo.
sábado, 6 de junio de 2009
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