Espero que lo disfruten...no hay palabras...solo emociones
http://www.youtube.com/watch?v=_0ZDxH_wzgM
martes, 29 de mayo de 2007
La belleza
Alguna vez oí decir a alguien que la música simplemente amenizaba el ambiente. Respeto mucho esa percepción, sin embargo, no puedo evitar dejar que fluya todo el torrente que corre por mi cuerpo cada vez que escucho música.
Cántaro que pasas por la fuente,
jilguero en libertad
que cantas a la vida,
sangre que corres por las venas,
mariposas que revolotean en el alma...
Canta,
canta en los prados verdes,
canta en las verdes colinas,
canta en los pájaros cantores,
canta en los niños que no nacen...
¿A quién perteneces?
¿Quién te pertenece?
Canta,
canta y no me lo digas.
De hecho, este fue el primer poema que he escrito en mi vida. Su título es Música. Lo escribí cuando me dediqué mucho a estudiar piano, bajo la tutela del maestro Efraín Gabela, o simplemente como yo le digo: “Efra”, a quien guardo un profundo cariño.
Usualmente me gusta más el canto en voz masculina, sin embargo, hay ciertas cantantes que han calado mucho en mí. Una de ellas es Dulce Pontes, de Portugal. Pocas veces he podido escuchar voz tan maravillosa.
Dejarse llevar por su canto, es entregarse a un universo único, lleno de mil caminos, de mil puertas. Es adentrarse en lo más hondo del alma, fuente de lágrimas que llenan de tranquilidad y paz nuestro espíritu. Sí, no son lágrimas de tristeza, sino de la alegría más pura que pueda darse.
En la página de DULCE PONTES podemos enterarnos mucho más sobre ella, y escuchar algunas de sus grandes obras.
Cántaro que pasas por la fuente,
jilguero en libertad
que cantas a la vida,
sangre que corres por las venas,
mariposas que revolotean en el alma...
Canta,
canta en los prados verdes,
canta en las verdes colinas,
canta en los pájaros cantores,
canta en los niños que no nacen...
¿A quién perteneces?
¿Quién te pertenece?
Canta,
canta y no me lo digas.
De hecho, este fue el primer poema que he escrito en mi vida. Su título es Música. Lo escribí cuando me dediqué mucho a estudiar piano, bajo la tutela del maestro Efraín Gabela, o simplemente como yo le digo: “Efra”, a quien guardo un profundo cariño.
Usualmente me gusta más el canto en voz masculina, sin embargo, hay ciertas cantantes que han calado mucho en mí. Una de ellas es Dulce Pontes, de Portugal. Pocas veces he podido escuchar voz tan maravillosa.
Dejarse llevar por su canto, es entregarse a un universo único, lleno de mil caminos, de mil puertas. Es adentrarse en lo más hondo del alma, fuente de lágrimas que llenan de tranquilidad y paz nuestro espíritu. Sí, no son lágrimas de tristeza, sino de la alegría más pura que pueda darse.
En la página de DULCE PONTES podemos enterarnos mucho más sobre ella, y escuchar algunas de sus grandes obras.
martes, 15 de mayo de 2007
En el Chota
Esto fue en el Chota...conocimos la realidad de los lugares perdidos y olvidados del país
Un olvido imperdonable
Por Sofía Romero
Cierra los ojos. Siente el perfume de aquellas flores, y el aroma de la hierba recién bañada por la tupida lluvia de Quito. Escucha el cantar de los pájaros y el aletear de las hojas de los árboles. Ahora, intenta percibir más rumores, sonidos, aromas y olores.
Estamos tan acostumbrados a percibir al mundo que está a nuestro alrededor de una sola manera: viéndolo. Sin embargo, me pregunto... ¿y no se supone que poseemos cinco sentidos? Lamentablemente parece que nos hemos olvidado de ellos, que simplemente no existen.
Si seguimos la hipótesis de que se trata de un olvido, deberemos caer en cuenta de que es un grave olvido... además de que éste mata la existencia, la evapora, como si fuera aquel gran soplido que aleja definitivamente el polvo. ¿Es eso lo que hemos querido, eliminar de nuestro ser los sentidos que tenemos?
Si es ese realmente nuestro deseo, debemos darnos cuenta de que aquello nos representa una inmensa pérdida; reducimos nuestra visión del mundo a una sola lectura, negando una universalidad mucho más rica de lo que nos podríamos imaginar.
sábado, 5 de mayo de 2007
Frente a todo el universo
Por Sofía Romero
Todos los humanos nos pasamos la vida buscando nuestro particular punto de equilibrio con el poder. No queremos ser esclavos y en general tampoco queremos ser tiranos.
Rosa Montero. La loca de la casa
El ser humano lleva, y ha llevado siempre una vida llena de vericuetos y complicaciones. Muchas de estas situaciones son externas, sin embargo, otras provienen del mismo interior del individuo. Pero no olvidemos un aspecto, un estado que pervive en ambas formas, interna y externa: el miedo.
El hombre es por naturaleza un ser eminentemente miedoso, y por lo mismo, todas las acciones que lleva a cabo están determinadas por el miedo y, naturalmente por otras circunstancias u otros impulsos. Habitualmente, no nos percatamos del gran alcance que tiene el miedo, de cuán fuerte puede resultar, hasta el punto de gobernar incluso sociedades enteras. Si bien es cierto, la historia puede mostrar fenómenos en los cuales el miedo ha imperado, y gracias al cual, grupos de poder han logrado dominar a poblaciones enteras. Frente a todo el universo que representa el miedo, cada sociedad ha mantenido una actividad constante durante siglos, desde que el ser humano es ser humano. El hombre se ha dedicado, pues, a la creación de héroes que salven al pueblo.
Todos los humanos nos pasamos la vida buscando nuestro particular punto de equilibrio con el poder. No queremos ser esclavos y en general tampoco queremos ser tiranos.
Rosa Montero. La loca de la casa
El ser humano lleva, y ha llevado siempre una vida llena de vericuetos y complicaciones. Muchas de estas situaciones son externas, sin embargo, otras provienen del mismo interior del individuo. Pero no olvidemos un aspecto, un estado que pervive en ambas formas, interna y externa: el miedo.
El hombre es por naturaleza un ser eminentemente miedoso, y por lo mismo, todas las acciones que lleva a cabo están determinadas por el miedo y, naturalmente por otras circunstancias u otros impulsos. Habitualmente, no nos percatamos del gran alcance que tiene el miedo, de cuán fuerte puede resultar, hasta el punto de gobernar incluso sociedades enteras. Si bien es cierto, la historia puede mostrar fenómenos en los cuales el miedo ha imperado, y gracias al cual, grupos de poder han logrado dominar a poblaciones enteras. Frente a todo el universo que representa el miedo, cada sociedad ha mantenido una actividad constante durante siglos, desde que el ser humano es ser humano. El hombre se ha dedicado, pues, a la creación de héroes que salven al pueblo.
jueves, 3 de mayo de 2007
¿Podemos escapar del Kali Yuga?
Sofía Romero
Cuando pequeños, queríamos escuchar historias, pero no solo imaginábamos lo que oíamos de boca de otros, sino que también contábamos nuestras propias hazañas, nuestros logros. Además, nos encantaba ver que el resto de nuestros amigos se entretenían. Más tarde, “los grandes” nos enseñaron que la vida no es solo juego y diversión, sino también problemas económicos y políticos. Luego, ya no eran las entretenidas historias de la abuela las que acaparaban nuestra atención… ahora teníamos que ser “más serios” y “estar al tanto de lo que ocurría”, no en el pequeño circo que llegaba a la ciudad, sino aquél que está siempre resguardado por una fuerte guardia, y al que se le ha llamado Honorable Congreso Nacional.
Pero no sólo eso, también había que darse cuenta de que el mundo entero era el escenario de guerras, de muertes y de hambrunas. Luego, cuando nuestra mente ya estaba bombardeada de todo aquello, veíamos con una casi naturalidad cómo dos edificios gigantescos se derribaban envueltos en grandes bolas de fuegos, ocasionadas por dos aviones que chocaron contra las columnas. Entonces, escuchamos más frecuentemente la palabra “atentados”, esta vez no eran a cargo de la ETA
Y ahora, me sorprendo frente a un computador contando cómo poco a poco nuestra mente, libre de violencia o maldad, se fue contaminando. Sin embargo, además de horrorizarme por ello, me doy cuenta de que he necesitado contarlo, que he sentido que debía narrarlo, o narrármelo. Pero no soy solo yo, todo ser humano lo hace. Pero, cuán bello sería poder prescindir de los desastres y retornar a nuestro principio espiritual, escapando del Kali Yuga.
Cuando pequeños, queríamos escuchar historias, pero no solo imaginábamos lo que oíamos de boca de otros, sino que también contábamos nuestras propias hazañas, nuestros logros. Además, nos encantaba ver que el resto de nuestros amigos se entretenían. Más tarde, “los grandes” nos enseñaron que la vida no es solo juego y diversión, sino también problemas económicos y políticos. Luego, ya no eran las entretenidas historias de la abuela las que acaparaban nuestra atención… ahora teníamos que ser “más serios” y “estar al tanto de lo que ocurría”, no en el pequeño circo que llegaba a la ciudad, sino aquél que está siempre resguardado por una fuerte guardia, y al que se le ha llamado Honorable Congreso Nacional.
Pero no sólo eso, también había que darse cuenta de que el mundo entero era el escenario de guerras, de muertes y de hambrunas. Luego, cuando nuestra mente ya estaba bombardeada de todo aquello, veíamos con una casi naturalidad cómo dos edificios gigantescos se derribaban envueltos en grandes bolas de fuegos, ocasionadas por dos aviones que chocaron contra las columnas. Entonces, escuchamos más frecuentemente la palabra “atentados”, esta vez no eran a cargo de la ETA
Y ahora, me sorprendo frente a un computador contando cómo poco a poco nuestra mente, libre de violencia o maldad, se fue contaminando. Sin embargo, además de horrorizarme por ello, me doy cuenta de que he necesitado contarlo, que he sentido que debía narrarlo, o narrármelo. Pero no soy solo yo, todo ser humano lo hace. Pero, cuán bello sería poder prescindir de los desastres y retornar a nuestro principio espiritual, escapando del Kali Yuga.
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