jueves, 3 de mayo de 2007

¿Podemos escapar del Kali Yuga?

Sofía Romero

Cuando pequeños, queríamos escuchar historias, pero no solo imaginábamos lo que oíamos de boca de otros, sino que también contábamos nuestras propias hazañas, nuestros logros. Además, nos encantaba ver que el resto de nuestros amigos se entretenían. Más tarde, “los grandes” nos enseñaron que la vida no es solo juego y diversión, sino también problemas económicos y políticos. Luego, ya no eran las entretenidas historias de la abuela las que acaparaban nuestra atención… ahora teníamos que ser “más serios” y “estar al tanto de lo que ocurría”, no en el pequeño circo que llegaba a la ciudad, sino aquél que está siempre resguardado por una fuerte guardia, y al que se le ha llamado Honorable Congreso Nacional.

Pero no sólo eso, también había que darse cuenta de que el mundo entero era el escenario de guerras, de muertes y de hambrunas. Luego, cuando nuestra mente ya estaba bombardeada de todo aquello, veíamos con una casi naturalidad cómo dos edificios gigantescos se derribaban envueltos en grandes bolas de fuegos, ocasionadas por dos aviones que chocaron contra las columnas. Entonces, escuchamos más frecuentemente la palabra “atentados”, esta vez no eran a cargo de la ETA

Y ahora, me sorprendo frente a un computador contando cómo poco a poco nuestra mente, libre de violencia o maldad, se fue contaminando. Sin embargo, además de horrorizarme por ello, me doy cuenta de que he necesitado contarlo, que he sentido que debía narrarlo, o narrármelo. Pero no soy solo yo, todo ser humano lo hace. Pero, cuán bello sería poder prescindir de los desastres y retornar a nuestro principio espiritual, escapando del Kali Yuga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sofi
Serí este texto me gusta porque hace que refleccionemos sobre nuestra conducta y como dejamos que los problemas externos nos afecten de una manera tan grande que nos olvidamos lo importante que es mantener nuestra mente y nuestro corazón abierto a las cosas buenas.

Sofía Tinajero Romero dijo...

Justamente es esta sociedad en la que vivimos inmersos la que puede llevarnos a una ceguera total... es entonces cuando debemos poner mayor atención.